Unidad 1
¿Qué tan confiable es la ciencia teológica?
El ser humano, como ser integral goza de espiritualidad. Es decir, de mecanismos emocionales que en sinergia con el pensamiento profundo (la conciencia, el análisis crítico) y la sensibilidad que aflora en estados mentales (el asombro, la angustia, el gozo, entre otros), le permiten evocar fenomenologías intangibles que sólo son posibles en el prospecto de la imaginación (contemplación de lo que está más allá de su alcance). Clarificando que tales imaginarios no son precisamente irreales, sino que, simplemente son formas de buscar lo que es desconocido, lo que está bajo el dominio del misterio. A estas formas de búsqueda se le puede llamar: mística.
Así pues, la mística es parte del equipaje de la espiritualidad, y es preciso señalar que para su pertinencia y eficacia, debe ir siempre acompañada de los elementos volitivos que caracterizan una seria reflexión.
A tales esferas del pensamiento pertenecen los anhelos humanos de conocer el proceder de las cosas visibles e invisibles, su historia y su futuro. Las realidades terrenales y las cósmicas, que se presume son interdependientes mediante las leyes físicas universales; y se antepone también el imaginario de un gobierno universal que administra los aspectos biológicos y que no desatiende los aspectos sociales en los diversos mundos del universo; de este imaginario surge el concepto de la justicia divina.
Ahora bien, en el imaginario de un justo juicio, no se puede concebir una condena contra el ser humano que no practica la espiritualidad lautétrica. Lo que indica que el juicio divino se hace sobre la base de las experiencias del ser humano en esta vida, especialmente sobre las relaciones humanas y el cuidado de la naturaleza y de la vida en el mundo. De este modo entendemos que todo libro sagrado impele al hombre a ser honorable en su relación con la diversidad de la vida tangible, sin incriminarle en asuntos todavía desconocidos.
DIOS EN EL ENTRAMADO DE LOS MITOS
La mitología, en especial la helénica, es una de las concepciones más geniales que la humanidad ha producido. Los griegos, con su fantasía, poblaron el cielo y la tierra, los mares y el mundo subterráneo de divinidades principales y secundarias. Amantes del orden, instauraron una categoría intermedia precisa para los semidioses y héroes. Grandes observadores crearon nuevos nombres para los diferentes fenómenos de la realidad natural. La mitología griega se presenta como una trasposición de la vida en zonas ideales. Superando el tiempo, se conserva todavía fresca con toda su serenidad, equilibrio y alegría. Pródigamente, ha alimentado la literatura y las artes a través de los siglos. La cultura occidental le debe mucho de su espíritu y su sentido, sino del propio hecho de existir.
(Tomado de: Mito: Verdad y fantasía)
Dentro de la narrativa mítica se esconde un aspecto, un núcleo, que encierra una realidad. Para la conciencia mítica todo debe haber tenido un origen. Si este origen quedó cubierto por las tinieblas del tiempo y del misterio, ello no significa que no pueda ser recuperado por la imaginación. La realidad de las cosas está ahí para demostrar la repetición de los orígenes en los ciclos de la vida. La temporalidad de los acontecimientos poco interesa. Interesa, sí, el hecho de que se repiten: por eso son perennes. El mito consiste en esta “historia perenne”: es la historia de los acontecimientos que no tienen fin porque se repiten.
(Tomado de: Mito: Verdad y fantasía)
Los mitos hablan de un mundo en el que los hombres y mujeres aún no lograban un desarrollo conceptual como el que tenemos hoy día, porque no lo necesitaban (como el estado de los infantes que apenas comienzan la primaria), su visión del mundo y de la vida estaba sostenida, más que por conceptos, por experiencias: fenómenos, aconteceres, y a su efecto, sentimientos y emociones. Todo ello era plasmado en una narrativa sencilla en la que lo esencial tenía su debido lugar y era resaltado figurativamente en el lenguaje mítico.
UN DIOS BAJO ATAQUE
Al afirmar la existencia de Dios, la teología se viene enfrentando a enormes retos en el mundo occidental moderno. Los hombres pensantes que se han propuesto comprenderlo todo bajo la función racional, desacreditan la propuesta de los mitos antiguos y toda clase de creencia que no pueda explicarse a través del método científico. Si bien, la creencia en Dios no es nueva y se ha sostenido a lo largo de la incontable historia humana, en la actualidad sufre el embate viral de toda clase de argumentos que ponen en duda, o más que eso, afirman contundentemente la inexistencia de Dios. En otras palabras, quienes creemos en Dios, tenemos una creencia bajo ataque.
De las ideas de Antonio Vélez, en su escrito: Dios, una invención humana, tenemos que, cita a Voltaire: “La religión es la fuente de todas las locuras y perturbaciones imaginables. Es la madre del fanatismo y de la discordia civil; es la enemiga de la humanidad”. Luego escribe un párrafo que comienza así:
Dios como idea
Muchos de los atributos que se le confieren a Dios no han sido experimentados por los humanos, ni lo serán, así como no es experimentable el rojo para el ciego de nacimiento. Por eso Dios no es humanamente comprensible. En realidad, Dios es una quimera armada con virtudes humanas y sobrehumanas, inimaginable, salvo que se lo humanice y acudamos a una representación icónica: un respetable señor con barba, bondadoso, pleno de poderes mágicos.
(Tomado de: Manual de Ateología, Tierra Firme Editores, 2009)
Según un juicioso análisis del texto de Voltaire, diríamos que Antonio Vélez lo usa como pretexto, pues, aparte de que es falso que la religión sea la fuente de todas las locuras, debemos enfatizar que hablar de religión no es lo mismo que hablar de espiritualidad y fe. Puede ser cierto que una religión mal entendida, y mal vivida incite al fanatismo, pero en ese caso habría que preguntarse: ¿será que la religión es el único tema que es fuente de discordia civil? Otra reflexión muy pertinente aquí, es que presumir de incredulidad bajo una argumentación inapropiada es una falta de respeto, pues se puede decir que el uso de ideas de Voltaire configura una falacia de autoridad, pues, aparte de que Voltaire no habla de Dios, sino de la religión, sus afirmaciones no pueden ser demostradas científicamente. Además, al afirmar que “Muchos de los atributos que se le confieren a Dios no han sido experimentados por los humanos, ni lo serán, así como no es experimentable el rojo para el ciego de nacimiento”, Vélez presenta un argumento totalmente inconsistente porque precisamente, aunque los ciegos no puedan ver el color rojo, hay certeza de que existe ese color, ¿cómo puedes comparar algo inexistente con algo existente? Todo esto evidencia un profundo desconocimiento que instala una negación de la espiritualidad humana, en la que se experimenta a Dios desde las fenomenologías religiosas. Ahora bien, ¿Cómo comprender que el ser humano haya llegado a la experiencia de Dios, si nunca le ha visto?
LOS MALES DE LA SOCIEDAD ACTUAL
1. Países desarrollados, su proceso.
Daremos una doble mirada al asunto del desarrollo de los países la primera para alabar el progreso y las comodidades que el ser humano puede alcanzar con su esfuerzo, y la otra, para determinar si el desarrollo es suficiente para la felicidad humana tal como Dios lo ha propuesto en su palabra. ¿De qué depende la felicidad?
Entre los países desarrollados tenemos como icono a: Japón, China, Suecia, Holanda, Inglaterra, Estados Unidad y Canadá. ¿Cómo han forjado su desarrollo?
Los países europeos, tuvieron gran desarrollo en el siglo XVIII, cuando los grandes inventos hicieron florecer la industria, y el comercio. Pero la base para ese desarrollo fue el sometimiento que ejercieron sobre otras culturas de las cuales aprovecharon, sus fuerzas de trabajo, y la riqueza de sus suelos.
Hoy en día gozan de muchas ventajas, gracias a sus posesiones avanzaron económicamente, y en el ámbito científico, lo que las catapultó a la cúspide y las convirtió en sociedades modelo de comodidad. Buscaron ir a la vanguardia de la prosperidad, en medio de la guerra con otras naciones que aspiraban al título de potencia mundial. Su desarrollo fue posible gracias al invento de la luz artificial, especialmente la generada por la electricidad, que permitió ampliar la jornada laboral porque, ésta, convirtió la noche en día, lo que aumentó la productividad de sus empresas; la locomotora impulsó el desarrollo cuando hizo posible el traslado de mercancías en un tiempo relativamente corto a diferentes zonas de la geografía estatal.
La lucha casi permanente, por el dominio económico, no cesa; los conflictos actuales, especialmente en búsqueda de petróleo dan cuenta de las ambiciones de los países desarrollados. Guerras que han cobrado miles de vidas se permiten con la excusa de que el progreso no se debe detener. En un mundo tan civilizado como el actual, y tan defensor de los derechos, de la soberanía de las naciones, del favorecimiento de los más desamparados, ¿Ha podido más la ambición?
2. DESARROLLO SOCIAL DE UNA COMUNIDAD
Sin duda para el progreso de las comunidades, es preciso un poco de ambición, en el sentido positivo. Hay que ambicionar, hay que soñar con mejores formas de vida; pero la ambición positiva debe tener límites. Y estos límites deben tener su fundamento en los principios que Dios ha orientado desde su Palabra. El desarrollo de la sociedad no puede ser solo económico, debe plantearse un equilibrio, para desarrollar también la cultura, el deporte, la espiritualidad, y la convivencia entre los pueblos.
Un espíritu de trabajo, de ocuparse en algo productivo, debe impregnar a los individuos. Pero además debe orientarse los esfuerzos hacia un desarrollo común, más que particular, y para ello se precisa de líderes que motiven a las familias y a las personas a generar bienestar a nivel ciudadano, en un contexto social. Lo que, se supone, crea una necesidad de formarlos en la ética filosófica, o fuera mejor aún, en la moral. Pero debido a que la sociedad latinoamericana, como casi todas las sociedades del mundo, se caracteriza por un pluralismo religioso, y, más aún, con el auge del agnosticismo y el humanismo no teísta, debemos sostener los retos del liderazgo social en los principios fundamentales de la ética social; ya que el carácter de la moral asociada con las creencias religiosas, basada en argumentos de autoridad y en revelaciones particulares, hace difícil discutir el tema de los valores entre personas de distintas creencias.
3. Ética Social, Principios desde la Filosofía.
La ética, por su parte, considerada como la madurez de las diferentes clases de moral, es la base ideal para edificar el bien común. Pues los individuos, éticamente formados, ejercen su libertad de conciencia en base a sus concepciones racionales deliberadas en su crítica de los valores recibidos, sean éstos religiosos, o simplemente intelectuales.
Lo cierto es que la moralidad no está disociada de la razón, por lo que, la ética no se opone jamás a los principios religiosos, lo que le da validez para juzgar el proceder humano en las sociedades pluralistas. Para entender mejor estas nociones, detallemos sus implicaciones:
a. Ser, y deber ser: La cotidianidad está compuesta de hechos que “son la realidad”. Todo suceso público, estará expuesto a ser juzgado por la sociedad. Se discutirá si “debió, o no debió ser”.
a. Existencia de valores absolutos: Existe un fundamento filosófico, muy relacionado con la revelación bíblica del mundo celestial, en el que se expone la existencia de un mundo imaginario, ya sea tangible, o inmaterial, en el que los valores y las ideas son puras, en ese lugar excelso las ideas son tan claras e inequívocas que no permiten confusión alguna, los principios son tan macizos y evidentes que no pueden desobedecerse.
Por su puesto en este mundo, carente de valores religiosos, no se ha experimentado una realidad tal, pero la ética, por su carácter filosófico, imagina la perfección, idealiza al ser humano en un contexto glorioso, para juzgar los actos humanos de esta vida, como buenos o malos.
La Explicación naturalista: Innumerables ejemplos de la historia humana demuestran que la creencia en ideas o valores absolutos ha conducido al exterminio de grupos humanos enteros que tenían dificultad de aceptar lo que sus verdugos consideraban como evidente. Podemos citar, entre muchos otros, el exterminio de los cátaros, o de hugonotes, en Francia. El de seis millones de judíos por los nazis. La historia contemporánea está llena de periódicos que cuentan la historia de grupos sociales que convencidos de sus ideas y valores absolutos masacraron a los disidentes por que no pudieron convencerlos de que aceptaran sus ideologías.
La creencia en valores absolutos es innecesaria dicen los naturalistas, piensan que su argumentación se basa en una desconfianza de la ética racional y pluralista, elaborada a partir de la tradición de cada comunidad. Los naturalistas dicen que no hay nada que impida a que distintas “morales”, surgidas de diferentes tradiciones, puedan conversar productivamente entre sí (depurando de paso sus respectivos valores). Sin usar como referencia una lista de axiomas escrita en el firmamento.
ACTIVIDAD N° 1101-1
1. Con base en lo escrito en el cuaderno resuelva las siguientes preguntas:
a. ¿Qué hace que el petróleo sea un elemento natural apetecido por las grandes potencias mundiales?
b. Siendo Colombia un país exportador de petróleo, ¿Por qué aún sufre de pobreza, y falta de desarrollo?
c. ¿Cuál es la solución que plantearías al problema de la desigualdad social en nuestro país?
2. Ilustra de manera gráfica, los conceptos emitidos por la ética filosófica, que pretenden direccionar las conductas humanas. Tales como: El deber ser, Valores Absolutos, y la concepción naturalista.
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1. Dimensión Ética de los modelos de Sociedad, y los sistemas económicos y políticos.
Es muy amplio hablar de los modelos de sociedad y de sus sistemas políticos y económicos, se entiende que una sociedad posee un sistema de gobierno, en nuestro país por ejemplo, la democracia, pretende organizar por consenso lo público, y las diversas leyes que rigen a la sociedad. Pero existen otros modelos en los que como, la monarquía, o el socialismo.
Se entiende que un sistema político es un conjunto de instituciones públicas, organizaciones de la sociedad, comportamientos y costumbres que mantienen el orden económico y social de una nación. Y que por lo general genera la distribución de utilidades de una manera desigual y conflictiva. Por ello, se hace necesaria la discusión política, que en nuestro país se hace a través de los diferentes partidos.
2. Participación de las Iglesias en la Construcción del Bien Común.
La iglesia católica, es una de las mejor organizadas del mundo. Y como organización ejerce un gran liderazgo social. De ella se tiene un compendio claro, y firme para establecer el bien común en la vivencia de los pueblos del mundo. Es importante señalar que en el compendio se hace un llamado a “los hermanos de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales, a los seguidores de otras religiones, así como a cuantos, hombres y mujeres de buena voluntad, están comprometidos en el servicio al bien común,…pues, la herencia común de las enseñanzas sociales custodiadas por la tradición viva del pueblo de Dios derivan estímulos y orientaciones para una colaboración cada vez más estrecha en la promoción de la justicia y de la paz. Puesto que todos los hombres están abiertos a las relaciones con los demás.
El bien común de la sociedad no es autónomo, soberano autárquico, sino que está relacionado con los fines últimos de la persona y al bien común de toda la creación. Una visión puramente histórica y materialista terminaría por transformar el bien común en un simple bienestar socioeconómico, carente de finalidad trascendente, es decir, de su más profunda razón de ser. Cómo se puede conocer el bien común
El conocimiento del bien común no requiere que sea un conocimiento teológico. El conocimiento que proporciona la sola reflexión racional es un instrumento idóneo e Indispensable para una comprensión de los conceptos básicos de la doctrina social, incluido el concepto bien común. La reflexión racional solicita la apertura y el asentimiento a la verdad de toda inteligencia y conciencia y sobre esa racionalidad se proyecta la luz que el Evangelio.
El principio del bien común puede ser conocido a través de la razón y de la fe y está comprendido en el Mandamiento supremo del amor a Dios y al prójimo, en la Justicia y se vincula con los problemas que surgen en la vida de la sociedad.
El principio del bien común
Entre los principios permanentes de de la doctrina social de la Iglesia, se encuentran el principio de la dignidad de la persona humana que fundamenta, cualquier otro principio y contenido de la doctrina social, como el principio del bien común.
Así de la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas deriva el principio del bien común, al que debe referirse todo aspecto de la vida social para encontrar plenitud de sentido. El principio del bien común se define como « el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección ».
El bien común no consiste en la simple suma de los bienes particulares de cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo, acrecentarlo y custodiarlo, también en vistas al futuro.
Unidad 2
El Problema Social en el Antiguo Testamento.
Introducción
Como bien sabes, fueron 4 los grandes periodos históricos que la historia sagrada registra en el Antiguo Testamento; el primero es el tiempo “Antediluviano”, el segundo: el periodo “Postdiluviano”; en tercer lugar, el tiempo de la “Nación Israelita”; y finalmente: “La Diáspora”.
Cada uno de esos periodos históricos tuvo sus diversas características, y sus problemáticas sociales.
La primera gran época se caracterizó por la abundancia de alimentos y tesoros, se podría decir que no hubo pobres, ni hambre; los seres humanos gozaban de buena salud, en este periodo no se mencionan enfermedades.
El segundo periodo, se caracterizó por la rudeza que desarrollo el hombre después del diluvio, que tuvo que enfrentar un clima hostil, y terrenos más difíciles de arar. Ya no hubo tanta abundancia como al comienzo, y las piedras preciosas había que desenterrarlas.
En la tercera época se le sumó la guerra, la disgregación emocional entre los hombres, y diversas maneras de afrontar las preguntas existenciales.
Finalmente en la diáspora el mundo fue sumido en el terror, dominado por el imperio romano, prácticamente el mundo tuvo pocas posibilidades de caminar en libertad, y de prosperar; solo prosperaba la casa imperial y quienes se relacionaban con ella.
Para el estudio de la política en un contexto religioso nos limitaremos a relacionar acontecimientos de la tercera y cuarta épocas, para hacer reflexiones acordes con nuestra identidad cultural y religiosa.
1. El sentido político del éxodo.
¿Por qué este tema?
La verdad es que en un mundo como el que tenemos hoy, tan convulsionado, tan lleno de injusticias, y en el que la política pareciera no servir para solucionar los problemas de las comunidades; se hace necesario reflexionar un poco acercad del pensamiento religioso en torno de la política.
Aunque muchos no lo crean el Dios que presenta la Biblia es un ser político, y como tal se interesa en la manera en como son gobernados los pueblos. El éxodo, la salida del pueblo de Israel de Egipto, es una gran prueba de esta verdad.
La política en la visión de Dios.
Quizá si la política en el antiguo Egipto hubiese sido coherente con los principios de Dios, no se hubiera requerido una liberación. Pero ese no era el caso. Hoy en día, la espiritualidad y política marchan, al menos en Colombia, por caminos muy diferentes.
Son viajeras erráticas, que avanzan, entre el general descrédito, al desencuentro. ¿Cabe soñar con un día en que rectifiquen de rumbo y se descubran como los pies necesarios para que el ser humano pueda seguir caminando?
El actual descrédito de la política se ha instalado en la mente de la ciudadanía. Una calificación que la política se ha ido ganando a pulso: por su desvinculación del pueblo al que dice representar y al que está dejando tirado al borde del camino; por su complicidad y sumisión a los mercados y al omnipotente club de los banqueros y financieros; por su sectarismo, su corrupción y la utilización del engaño como método; por el secuestro y utilización de los medios públicos de información… Imposible reconocer en la actual imagen de la política el menor atisbo de espiritualidad.
Por su parte la espiritualidad, desvinculada voluntaria- mente de la política, tampoco está superando la banalidad que expresa la cultura del capitalismo. Subsumida desde muy temprano por las religiones, éstas la han ido desligando sectariamente del mundo profano hasta convertirla en imagen de lobos vestidos de ovejas. Es cierto que este matrimonio con las religiones ha ido reduciendo a la espiritualidad a los estrechos márgenes de un credo o un rito, pero también le ha ayudado, pensamos, a descubrir su verticalidad. Pero de lo que no cabe duda es que su divorcio del mundo político ha dejado a éste abandonado a su propia suerte o bien, en sentido contrario, se ha hecho frecuente- mente cómplice de su injusticia. Por todo esto, tampoco la espiritualidad se libra de la sospecha y el descrédito.
El encuentro entre espiritualidad y política es hoy, a nuestro juicio, más necesario y urgente que nunca. Se trata de un patrimonio de toda la humanidad que afecta directamente al bienestar y a la convivencia entre los diversos pueblos y culturas, y que es demasiado importante como para dejarlo en manos de profesionales. Este encuentro nos va a exigir algunas reflexiones, para comenzar a actuar:
En primer lugar, un esfuerzo para rescatar espiritualidad y política de su actual secuestro y volver a resituarlas en su verdadero suelo, como elementos esenciales que definen la propia identidad del ser humano, que por el mero hecho de serlo es espiritual y político.
Necesitamos luego contextualizarlas porque somos seres en proceso a quienes nos afectan de modo determinante tanto el espacio como el tiempo donde vivimos.
Y finalmente, no podemos olvidar que espiritualidad y política son también dos actividades destinadas a hacer la tierra más habitable. Olvidar este destino será poner en peligro no solo la convivencia, sino también la misma tierra como casa común 2. El Sentido de Autoridad en el Israel Antiguo.
En la tercera época de la historia sagrada se presentaron los acontecimientos que forjaron la línea de autoridad en el pueblo de Israel. En cada acto de Dios, desde que llamó a Moisés desde un arbusto, Dios manifestó autoridad. Detallemos los más sobresalientes: Autoridad sobre la vida de Moisés, Autoridad sobre faraón, demostrada en cada plaga que recayó sobre la nación egipcia, autoridad sobre la vida y la muerte, dictaminado quien vive y quien muere, autoridad sobre la naturaleza, abrió el mar, ÉL mismo se vestía con las nubes, mezclando el fulgor de su gloria, con arreboles, o con rayos boreales. Dio los Diez Mandamientos, como sello de autoridad divina para las relaciones interpersonales de los seres humanos.
La línea de autoridad sobre el universo, y por lo tanto para el mundo terrenal, fue dada por Dios mismo. Y en ella dejó bien claro que ÉL, como soberano del universo debía ser reconocido entre los hombres como el primero en ser obedecido. Ningún ser, del cielo o de la tierra, debía estar por encima de ÉL.
“No tendrás dioses ajenos delante de mí” – y dijo más:
“No te harás imágenes de lo que está arriba en el cielo, o abajo en la tierra, o en las aguas debajo de la tierra, no te postrarás a ellas ni las honrarás”
Éxodo 20: 3-6.
Él como dueño de los cielos, afirmó su potestad. Pero también dejó en claro que es el dueño del tiempo, por ello dejó la bendición a quienes honraran padre y madre, “Tendrán larga vida” – dijo.
Y en ese mismo sentido, dejó claro que puede pedir al ser humano que, como dueño del tiempo y de la vida, se le dedique un día de la semana para afianzar el amor que nos une a ÉL. Pero para hacer clara su autoridad, no deja al ser humano la decisión de elegir el día; ÉL eligió el día, y dejó escrito su nombre de manera inequívoca: El Día Sábado, séptimo día de la semana, de este modo espera respeto a su autoridad; como espera respeto a su nombre:
“No mencionarás el nombre del Señor en vano”
Éxodo 20: 7
¿Pero estas leyes, escritas en el Antiguo Testamento, acaso no pertenecen a la religión hebrea, posteriormente llamada “Judaismo”?
¿Cómo puede el cristianismo o, o cualquier otra religión, reconocer la vigencia de la autoridad del Dios que se manifestó a los hebreos, casi que exclusivamente a Moisés?
¿Quién rige como autoridad en los tiempos modernos? ¿Cómo se puede considerar la autoridad de Jesucristo para los cristianos, o de Mahoma; para los musulmanes? ¿Qué reconocimiento hacen los budistas, del Dios de los hebreos, ante semejante legado que dejara Siddhartha Gautama?
Ahora, debemos anotar que otras religiones dependieron de los preceptos dados por Dios, en un principio los hebreos, quienes los recibieron de primera mano, el judaísmo heredó la religión hebrea, y luego el cristianismo, con algunas variantes, mantiene como válidos los principios del decálogo.
Es de anotar que la discusión teórica de la autoridad del Antiguo Testamento, se dio en los mismos comienzos de la iglesia; cuando los apóstoles definieron pautas normativas para los gentiles convertidos al evangelio. Estas directrices expuestas en el concilio de Jerusalén aparentemente descartaban el decálogo, por lo menos así lo hacen ver los cristianos de la rama evangélica, que heredaron las ideas de los “maniqueos”; pero quién camina en el evangelio de Jesucristo comprende que el concilio de Jerusalén estudió el caso de los gentiles de forma particular, centrándose en el tema de si se debía exigir a los gentiles la práctica de todos los ritos y festividades que los judíos tenían establecidos. Esto nos lleva a concluir que esta discusión inicial se enfocó en la “forma”, pero no en el “fondo” de lo que es el evangelio, pues su esencia nunca ha estado en discusión.
¿Cuál es la esencia del evangelio?
El evangelio de Jesucristo es tan sencillo y claro que hasta un niño lo entiende: “Amor a Dios, y amor al prójimo”, y esta premisa es solo un resumen del decálogo.
“LA ESENCIA DE LA BIBLIA”
1. Lee los siguientes textos: Mateo 22: 37-40; San Juan 15:10, 12; 1Carta de San Juan 2: 3-11; 2Timoteo 3: 14-15; Romanos 2:17-29; Mateo 5:17-18, y responde a los siguientes interrogantes:
a. Según Jesucristo, de que depende el verdadero cumplimiento de la ley de Dios.
b. ¿A qué se refería Jesús con la expresión “la ley y los profetas”?
c. ¿Cómo permanecemos en el amor de Cristo?
d. ¿Cómo se sabe que nuestra religiosidad no es verdadera?
e. Cuando el Nuevo Testamento se refiere a las Sagradas Escrituras, ¿A qué libros de la Biblia se refiere?
f. ¿Cómo se deshonra a Dios?
g. ¿Qué significa la expresión: “El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón”?
h. Según lo estudiado en todos estos textos, expresa con tus propias palabras una defensa de la siguiente afirmación: “mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra, ni una tilde del decálogo desaparecerán”.
2. Supongamos que debemos hacer un trasteo, desde una casa vieja de tapias donde no existía la electricidad, ni la red de gas, a un moderno apartamento con todas las comodidades.
a. ¿Qué sería esencial llevar al nuevo hogar?
b. ¿Qué no sería esencial trastear?
c. ¿Cuál es la verdadera esencia de un hogar?
d. Dadas las anteriores reflexiones, ¿crees que el trasteo del decálogo dado por Dios a los hebreos, hacia el Nuevo Testamento, era necesario? Argumenta tu respuesta.
Dado que en un trasteo puede haber objetos de valor sentimental, cobra importancia su traslado para algunas personas, en este caso, el funcionamiento del nuevo hogar no es obstaculizado por esos objetos. De este modo la circuncisión, por mencionar un ejemplo, no impedía a los judíos aceptar el cristianismo.
¿Qué otras prácticas judías podrían ser observadas por cristianos, sin que llegaran a trastornar la esencia del evangelio?
3. Consecuencias sociales de la infidelidad a Dios.
En la religión hebrea Dios planteó serias consecuencias para los infieles, esos efectos negativos se pueden leer en Deuteronomio 28: 15-68.
3. Dios, un ser que hace justicia, y libera al oprimido.
Como pudimos ver en los dos primeros temas de esta unidad, Dios se manifestó en contra de la maldad en los diferentes periodos de la historia. El diluvio es una gran prueba de lo que Dios puede a hacer cuando la maldad desborda los límites, haciéndose imposible una resocialización de la espiritualidad.
Dentro del lenguaje bíblico la expresión “hombre Justo” es sinónimo de “hombre espiritual”. Es la condición que más anhela Dios en los seres humanos. La justicia, en el modo como Dios la concibe, es el fruto visible, y palpable, producido por el amor, la esencia del evangelio, por lo tanto es de gran importancia que una religión no importa como se llame o en qué lugar se practique provea los lineamientos de verdadera espiritualidad.
Dios hizo justicia a los hebreos cuando se encontraban esclavizados en Egipto. Si hacemos una lectura correcta de los acontecimientos de su liberación, debemos concluir que el pueblo hebreo fue liberado, no tan solo porque estaba esclavo en Egipto, sino porque la religión egipcia de ese tiempo no podía formar al hombre como un ser capaz de agradar a Dios. Los egipcios obraban con injustica, su concepción de trascendencia no producía frutos de justicia, su religiosidad no les proveía luz para diferenciar totalmente lo bueno de lo malo, ni un amor capaz de hacer florecer en ellos la bondad, aún hacia sus enemigos.
ESCLAVOS DE HOY, ESCALVOS DE SIEMPRE
Si Dios sacó a su pueblo de Egipto, no fue tan solo para librarlo de una vida difícil. Muchas otras personas han soportado durante toda su vida condiciones infrahumanas; es más, por más de 200 años los hebreos fueron obligados a trabajos forzados, un tiempo en el que muchos de ellos no conocieron más vida que la pobreza extrema, y los castigos de los capataces. Vivir bajo estas condiciones deplorables inhumanas no solo degradaba su dignidad, sino que producía un sentimiento de alienación hacia Aquel que según sus ancestros era un Dios de amor, poderoso, y justo. Muchos murieron sin conocer las proezas de ese Dios, y hasta con la duda de su existencia. Dios será propicio a quienes la muerte les alcanzó sin poder percibir su amoroso carácter.
La llegada de Israel a Egipto debía ser la oportunidad de hacer conocer a Dios en medio de esas gentes que lo único que conocían era la magia, la superstición y la mitología; y también las recursivas leyendas imaginarias que contaban los ancestrales sacerdotes egipcios, eran otra forma de esclavitud.
Pero Israel no aprovechó esa oportunidad, en su lugar, proyecto una idea tergiversada del carácter de Dios. Por ello los egipcios al final del cuento, les vieron como rivales y una muy probable amenaza. Decidieron esclavizarlos.
Dios los libertó, insistiendo en que vivieran la justicia, pero este compromiso no se cumplió jamás, “No hubo justo, ni aún uno” (Romanos 3:10; Salmo 14:1-3).
Para que exista religión no basta con un Dios que se manifieste en lo sagrado. Hace falta una respuesta positiva, real y efectiva de la persona que oriente su vida hacia ese Dios. Es la actitud religiosa.
* Aquí tienes señaladoslos diferentes pasos de lo que significa la actitud religiosa. Léelos y luego confróntalos con el texto sobre Zaqueo (Lucas 19: 1-10) para ver cómo se manifiesta en ese relato.
a. Se da una especie de fascinación, que impulsa a entrar en contacto con el Misterio, junto con un cierto temor.
b. Se acepta el encuentro con el Misterio, se abren las puertas y se establece comunicación con él.
c. Esa presencia del Misterio desenmascara el mal que existe en la propia vida.
d. El Misterio aparece como la posibilidad de superación de ese mal y por eso se quiere entrar en comunión con Dios.
Vivimos en un mundo violento. Las noticias diarias informan de esta clase de hechos en las relaciones entre los hombres y entre los pueblos, hechos que arrojan un saldo desolador de muerte.
En este panorama de violencia puedes identificar una de sus modalidades: la violencia que amenaza a los pueblos de América latina a través de la subversión y la represión.
Para saber que es la violencia, cuáles son sus causas y cuáles sus consecuencias, debes saber que:
Religión, en relación con la superstición, magia, idolatría.
¿Cómo se relaciona la religión con la superstición, la magia y la idolatría?
Las supersticiones y las leyendas son creencias irracionales que conviene distinguir de las verdaderas convicciones religiosas. A continuación te proponemos la lectura de la leyenda de “El Silbido del Llano colombiano”
“Secundino Guanay descendiente directo de los indígenas Achagua, trabajó como “caballicero” durante mucho tiempo. Un buen día impulsado por la ambición, Secundino decidió hacerse rico a cualquier precio. Para lograr su propósito no dudó en matar a un sinfín de personas. La muerte de todas sus víctimas iba precedida de un silbido aterrador.
Según la leyenda, Secundino Guanay murió víctima de su propia maldad. Una noche borrascosa, atraído por el silbido del mismo diablo, Secundino se ahogó en el río. Desde entonces, en las noches oscuras sin luna, muchos llaneros aseguran haber visto un jinete vestido de negro sobre un caballo del mismo color emitiendo un silbido que hiela la sangre de quien lo escucha”.
La idolatría consiste en tomar como absolutas realidades de nuestro mundo, cosas que no son sobrenaturales ni trascendentes. Son simples objetos o seres naturales que son “divinizados” por el ser humano, que los constituye en ídolos.
La magia, es el conjunto de actos que se realizan con el objeto de dominar las fuerzas ocultas y así orientarlas en beneficio del que realiza las prácticas mágicas. En ella, la persona busca su propio beneficio para satisfacer alguna necesidad. De este modo, el mago se “somete” a esos poderes superiores que nos mas que mero instrumento en sus manos.
La persona supersticiosa cree que existe algo por encima de los seres humanos, una especie de fuerza oculta que puede no favorecerle, o incluso castigarle, si realiza cierto tipo de actos que por lo tanto, hay que evitar.
La verdadera religión, como revelación de Dios, prohíbe la práctica de la magia, de la idolatría. Quien está en verdadera relación con Dios, no manifiesta ningún tipo de superstición.
Podemos llamar religión, al conjunto de textos, prácticas y signos por los que el hombre y la mujer, trascendiéndose a sí mismos, entran en contacto con el misterio último de manera voluntaria porque creen que esa relación les traerá la salvación y, en definitiva, el sentido y la felicidad a sus vidas.
ESPEJISMOS DE FELICIDAD
La felicidad, el diablo la ha vendido enlatada, embotellada, empaquetada. Así es anunciada a través de propagandas de la televisión, revistas y periódicos.
Los comerciales declaran felices a los que tienen plata a montones y pueden comprar todo lo que quieren. A los que se divierten, a los que dan fiestas y sus invitados. A los poderosos, los que mandan, los dueños del mundo, a los que todo mundo rodea servilmente. A los que triunfan, los que ascienden posiciones, los que tienen palancas, los que cuando llegan arriba quieren seguir subiendo.
¿Felices? ¿Serán siempre felices los ricos, los que viven de fiesta en fiesta, los poderosos, los triunfadores?
La realidad muestra otra cosa. Muestra las caídas verticales desde las altas posiciones del poder, la riqueza y la fama. Muestra que los que aparentan divertirse muchas veces arrastran sus frustraciones, su soledad, su tedio. Muestra que la felicidad no está detrás de una cuenta bancaria, ni en una casa en el barrio más exclusivo de la ciudad, ni entre un carro último modelo.
La realidad muestra que la sociedad vende espejismos de felicidad.
La falta de solidaridad es la causa de la pobreza de muchas zonas del mundo. Y la falta de solidaridad es egoísmo. Los cristianos estamos llamados a vivir en el amor; por lo tanto a ser solidarios con todo el que tiene alguna necesidad.
Jesús explicó con un ejemplo como es el amor cristiano, y lo respaldó con su modo de vivir:
“Bajaba un hombre de Jerusalén y cayó en manos de salteadores que, después de robarlo y herirlo, se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por aquel camino un sacerdote que al verlo, esquivó pasar cerca. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él y al verlo tuvo compasión. Y acercándose vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino, lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los entregó al posadero y dijo: cuida de él y si gastas algo más te lo pagaré cuando regrese” Lucas 10: 30-35.
Al terminar la parábola, Jesús preguntó: ¿Quién de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?
Sin duda la respuesta era evidente: El que practicó la misericordia con él. Jesús nos dice: “Ve y haz tu lo mismo”.
Los cristianos estamos llamados a renunciar al egoísmo, a decir con nuestras vidas que somos SOLIDARIOS.
La iglesia, en su tradición de más de mil años, ha estado cerca de los más pobres; haciendo misiones en los hospitales, ancianatos, en los sectores de las ciudades donde hay más miseria, llevando la buena noticia que tiene para todos los hombres. También ha llamado la atención de los que están en buenas condiciones para que aporten con amor y mitiguen las necesidades de sus hermanos más vulnerables. Los documentos del magisterio eclesial, especialmente las cartas de los últimos papas, y los documentos de los obispos de América latina y de Colombia llaman insistentemente a la solidaridad.
UNIDAD 1
La espiritualidad y el sentido de participación en el cosmos
UNIDAD 2
UN DIOS BAJO ATAQUE
UNIDAD 3
RELIGIÓN Y VIOLENCIA
Influencia de las creencias religiosas en el comportamiento violento